jueves, 20 de noviembre de 2014

(taera) مطار

De pasar las últimas dos semanas rodeadas de Marroquíes que hablaban 2, 3, 4 y hasta 5 idiomas sin problema, nos tocó tomar nuestro último taxi con el único que sólo hablaba árabe. No lo juzgo, por qué un taxista debería hablar más que su lengua natal. Jamás esperaría que en Chile el taxista me reciba con un Jelou jawaryú. Era nuestro deber aprender los básicos del idioma, entre los que se encontraba por supuesto la palabra Aeropuerto. Se lo repetimos por lo menos 8 veces, en todas las lenguas y chamuyos que pudimos, hasta que con un gesto nos hizo como que su mano volaba, así que nos subimos. Un autito que seguramente era del 90 pero que se veía como del 30, sin manivela para bajar vidrios y con el seguro cerrado por el conductor apenas nos subimos. Yo invocaba a Lola "hay que confiar" En un momento me atreví a pensar que había una cámara oculta y que realmente el chofer hablaba un español fluido como muchos otros en Marruecos, pero no. Seguía hablando en árabe. Hay que confiar...
Cuando vimos un letrero con un avión y la palabra Airport se lo señalamos y él con una sonrisa gritó Ta-e-ra! lo mismo que venía diciendo hace 10 minutos. Respiramos. Todo bien, hasta que paró el auto en medio de la ruta y se bajó de su asiento, salió y se dirigió hacia nostras con la manivela de su puerta, nos bajó los vidrios como si nada y agarró mi mochila. Habrá visto mi cara de espanto tratando de agarrar mi mochila, porque al instante con ademanes nos empezó a explicar que habían ladrones, que la pusiera en mis pies porque los malos agarran bolsos por las ventanas. Hay que confiar, me lo repetía en mi cabeza. Ya me quería ver instalada en el aeropuerto hablando de este momento. Hay que confiar, pero ya no veíamos letreros con el avioncito. Hay que confiar, tampoco veíamos aviones despegando cerca. Hay que confiar. Al menos sabía que la puerta la podíamos abrir desde adentro. Hay que confiar... Cuando escuchamos al señor gritando TAERA TAERA! y un letrero todo iluminado que decía Aeropuerto de Tanger y escrito en árabe al lado, lo que asumimos diría Taera.
"La próxima vez que tomen un taxi, se suben y le dicen al conductor que las lleve a Taera"
Al menos creemos que esa fue la frase con la que se despidió el chofer, aunque a mí la que me sigue sonando en la cabeza es "Hay que confiar"

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