viernes, 19 de diciembre de 2014

no hay culpa ni arrepentimiento, pero se siente raro de todas formas. en mi cabeza era diferente; más pasión y más interés de su parte.

lunes, 15 de diciembre de 2014

pero a ti te quiero con papas fritas

viernes, 28 de noviembre de 2014

Nada malo

no hay nada malo en desearlo y en quererlo hacer, nada malo en recorrer tu cuerpo en busca de placer. No hay nada malo porque sé que tú también lo estás sintiendo, ven y olvida el 6to mandamiento

jueves, 20 de noviembre de 2014

crocodile watching

El trabajo era liberar tortugas recién nacidas en la playa, lo que incluía también hacer patrullaje nocturno para marcar a las tortugas adultas que venían a desovar. Ya nos habían explicado que en el río que corría paralelo al mar habían cocodrilos, pero de día no se veían, sólo mientras hacíamos esas caminatas nocturnas y alumbrábamos en dirección al río veíamos los pares de ojos que se reflectaban por la linterna. El día que más vi, eran como 10 pares, pero eso era todo. Hasta ese momento no había visto un cocodrilo salvaje de cuerpo completo, así que entre 5 que estábamos en las mismas nos escapamos después de las 5 de la tarde a ver si encontrábamos algo. Sin guía y rompiendo la única regla importante según el encargado que era no salir después que se escondiera el sol, pero nos fuimos igual, con linterna en mano en una expedición de crocodrile watching. De ida todavía se veía el camino y casi llegando al lugar donde el río y el mar estaban más cerca vimos una huella que iba en dirección al mar. Una huella de cocodrilo gigante. una cola que de lo pesada se enterraba como 10 cm en la arena y unas garras que se hundían un poquito más. Fue en ese momento que nos enteramos que los cocodrilos también nadan en agua salada y éste específicamente no había vuelto. Lo pensamos y decidimos seguir camino hasta llegar al lugar de siempre donde seguramente veríamos a los cocodrilos; el problema fue que ya la luz se había ido, pero seguimos igual y alumbramos el río para ver cuántos habían. vimos como 7 pares de ojos y en un momento de plena concentración escuchamos un ruido que nos dejó heladas y nos hizo soltar un grito que venía desde lo más profundo de nuestros seres. parecía que era hora de caza. En mi cabeza se armó la imagen del cocodrilo cazando un animal y metiéndolo hasta el fondo del río para darlo vueltas y comérselo poquito a poquito, todo eso mientras corríamos del susto. Corrimos con mucha fuerza, hasta que llegamos al lugar de la huella, la huella que seguía estando de ida y nunca de vuelta al río. Instantáneamente las 5 frenamos en seco. Teníamos que cruzar el lugar de la huella muertas de susto. eran como 3 metros de ancho y las marcas lo cruzaban todo. Teníamos miedo. Mi corazón ya estaba acelerado y cuando alumbramos hacia el lado de los matorrales se aceleró aún más. Brillaban los ojos a 3 metros nuestro y todavía nos faltaba cruzar ese lugar, o sea que todavía nos faltaba acercarnos más a los ojos que brillaban amenazándonos con hacernos parte de una escena de national geographic. No se movían, nosotras tampoco, pero teníamos que volver. Así que empezamos a tirar cuanto dato se nos venía a la cabeza para espantar cocodrilos. Qué sabíamos, nada. Se nos ocurrió empezar a hacer ruido y correr, lo más rápido que pudiéramos. Nos pusimos a cantar una canción. la única que nos sabíamos 2 alemanas, una canadiense, una estadounidense y yo. Twinkle little star. la cantamos muy fuerte y empezamos a correr, con linterna en mano sin sacarla de los ojos a los que nos acercábamos cada vez más. Mi corazón estaba a mil.
Cuando estábamos como a medio metro voló hacia mí y casi me dio un paro cardíaco. Era un bichito nocturno que también se reflectaba con la linterna. Nos empezamos a reir. Todavía con el corazón a full, pero nos reíamos sin parar. En el fondo, de puro nervio. La experiencia no fue real, pero la sensación lo era. La huella lo era, el ruido que sentimos en el río y el último bombeo de aire en medio de todo el miedo lo fue también.
Llegamos corriendo y riéndonos a carcajadas al campamento, pero después de ese día, sólo salíamos con la guía y después de la puesta de sol íbamos directo al área común donde sabíamos que estábamos lejos del río y a salvo.
A los cocodrilos los vi como un mes después y eran tan grandes que estoy segura que si sabía el tamaño que tenían no me escapaba esa noche.

Cosas que no quiero olvidar de Nepal

1-.Cualquier curry de verduras es rico y cualquier pickle también
2.- Si piensas que vamos a chocar, respira profundo, canta un om y despreocúpate porque los Nepalíes saben esquivar en la ruta
3.- Cada vez que pienses que un animal va a ser atropellado o que le van a pegar, recuerda que los Nepalíes no maltratan a los animales, así que abre los ojos y mira el paisaje
4.- One sing NUNCA es una cosa, siempre es media hora de explicación
5.- Namasté es hola, buen día, es chao, gracias. cualquier cosa, pero siempre es positivo
6.- Siempre va a ser raro para la gente que vayas a Nepal y no escales una montaña
7.- El precio del taxi siempre baja
8.- El precio de las chucherías del mercado baja incluso más. Nunca compres al primer precio
9.- Los mantras no siempre son melodías hermosas, los de las 5 de la mañana los odio (que no se me olvide!!)
10.-Consejo de Rob: Si necesitas un taxi haz como que estás perdido y mira para los lados buscando algo. En 1 minuto aparecerá un tipito ofreciéndote uno.
11.- Cada vez que saques plata del cajero te cobran 4.5 dólares. Saca de una vez mucha plata, si en el fondo sabes que te la vas a gastar igual!
12.- A veces para ellos los fideos instatáneos puede ser comida orgánica
13.- Siempre anda a buscar tus vestidos a la modista, porque lo que es entallado para ellos, para mí es la ropa que usa mi mami (sin ofender)
14-. Siempre anda con un rollito de papel higiénico en el bolsillo, a menos que te quieras enjuagar y salir con el culo mojado (o en su defecto, no limpiar)
15.- El té de Masala es rico pero el Tulsi es 10 veces mejor
16.- Lo que nosotros consideramos muchísimo arroz en un plato, para ellos es poco y lo que consideramos mucho, es insuficiente. Siempre pide "muy poquito arroz"
17.- Si quieres hacer feliz a un niño, guarda chocolate en el bolsillo
18.- No importa la profesión o la edad, pero un Nepalí siempre va a hablar mejor inglés que un chileno promedio que pasó 12 años en el colegio con clases una vez a la semana.
19.- No importa qué tan coloridas y llamativas sean las religiones de oriente. No me gustan las religiones ni menos los religiosos
20.- La próxima vez que te quieras poner aritos de alguna chiquilla Nepalí, asegúrate que tengan el palito chico si no quieres pasar una semana con la oreja hinchada.
21.- SIEMPRE cabe más gente en el bus
22.- Recuerda siempe que los Nepalíes son uno de los grupos de gente más amable que conociste viajando!

Aprendiendo a abrazar

Aprendiendo a abrazar


Hace 10 años no sabía abrazar.
Cuando entré a la sala de clases de mi colegio nuevo en Copiapó me hice 2 super amigos que conservo hasta hoy. Uno de ellos me prometió que cuando terminara el año iba a lograr que le diera un abrazo.
La sola sensasión de abrazar a alguien me provocaba un rechazo que no les puedo explicar, no me salía. Lo intenté varias veces y nada, pero la Romi me lo prometió, al menos, me dijo, a mí me vas a dar un abrazo como corresponde; eso hace 10 años.
Ahora que viajo los abrazos son obligados. En una semana tengo que despedirme de 8 personas como mínimo, conocer nuevas y despedirme nuevamente. En esos ires y venires me doy cuenta que mis abrazos son sinceros, más relajados que antes y que hay gente que le cuesta un poco más que a mí.
Las cosas cambiaron un poco. Ahora cada vez que me voy de Chile con la Romi nos abrazamos fuerte, casi siempre en el aeropuerto. Ya casi es un ritual que tenemos de vernos el día que me voy y despedirnos deseándonos lo mejor y que nos veremos el próximo año. Con un abrazo grande. No sé qué pensará ella de mis abrazos, pero si lo comparo con el primero que le di hace 3 años cuando me fui por primera vez estoy segura que mejoré bastante. Eso se lo dejo a su criterio. (cruzo los dedos porque me apruebe la asignatura).
Es difícil, porque a pesar de que en mi familia nos queremos muchísimo y nos creemos la familia más linda, nunca nos abrazamos. Los abrazos los traducimos en bromas, platos de comida y viajes que hacemos juntos. No hay abrazos, no los necesitamos, pero hay gente que sí, así como hay gente en Nepal que no te da la mano para no compartirte alguna energía negativa que puedan tener, hay gente en Chile que lo hace justamente para llenarte de sus mejores deseos con un apretón de espalda. Yo cada vez los disfruto más y ahora cuando mando un correo puedo decir sinceramente "te mando un abrazo" porque sé que los puedo dar en directo y no sólo virtualmente.
Los amigos te enseñan cosas siempre y la vida también, pero me pregunto cuánto tiempo más me habría tardado si la Romi no hubiese interferido con su "te voy a enseñar a abrazar" 10 años atrás.

(taera) مطار

De pasar las últimas dos semanas rodeadas de Marroquíes que hablaban 2, 3, 4 y hasta 5 idiomas sin problema, nos tocó tomar nuestro último taxi con el único que sólo hablaba árabe. No lo juzgo, por qué un taxista debería hablar más que su lengua natal. Jamás esperaría que en Chile el taxista me reciba con un Jelou jawaryú. Era nuestro deber aprender los básicos del idioma, entre los que se encontraba por supuesto la palabra Aeropuerto. Se lo repetimos por lo menos 8 veces, en todas las lenguas y chamuyos que pudimos, hasta que con un gesto nos hizo como que su mano volaba, así que nos subimos. Un autito que seguramente era del 90 pero que se veía como del 30, sin manivela para bajar vidrios y con el seguro cerrado por el conductor apenas nos subimos. Yo invocaba a Lola "hay que confiar" En un momento me atreví a pensar que había una cámara oculta y que realmente el chofer hablaba un español fluido como muchos otros en Marruecos, pero no. Seguía hablando en árabe. Hay que confiar...
Cuando vimos un letrero con un avión y la palabra Airport se lo señalamos y él con una sonrisa gritó Ta-e-ra! lo mismo que venía diciendo hace 10 minutos. Respiramos. Todo bien, hasta que paró el auto en medio de la ruta y se bajó de su asiento, salió y se dirigió hacia nostras con la manivela de su puerta, nos bajó los vidrios como si nada y agarró mi mochila. Habrá visto mi cara de espanto tratando de agarrar mi mochila, porque al instante con ademanes nos empezó a explicar que habían ladrones, que la pusiera en mis pies porque los malos agarran bolsos por las ventanas. Hay que confiar, me lo repetía en mi cabeza. Ya me quería ver instalada en el aeropuerto hablando de este momento. Hay que confiar, pero ya no veíamos letreros con el avioncito. Hay que confiar, tampoco veíamos aviones despegando cerca. Hay que confiar. Al menos sabía que la puerta la podíamos abrir desde adentro. Hay que confiar... Cuando escuchamos al señor gritando TAERA TAERA! y un letrero todo iluminado que decía Aeropuerto de Tanger y escrito en árabe al lado, lo que asumimos diría Taera.
"La próxima vez que tomen un taxi, se suben y le dicen al conductor que las lleve a Taera"
Al menos creemos que esa fue la frase con la que se despidió el chofer, aunque a mí la que me sigue sonando en la cabeza es "Hay que confiar"

Un paisaje, una isla

Por consejo de mis amigos trato de nunca repetir paisajes, para qué, si todavía me queda medio mundo por conocer (claramente más de medio mundo), menos aún repetir lugares; pero hay ciertos paisajes en los que recaigo una y otra vez. La selva me provoca algo que me hace feliz. Caminar con la humedad en el cuerpo, escuchando y mirando atentamente si aparece algún animal que no tenga en mi lista de vistos, mejor incluso si ni sabía que existía, para correr a internet o a algún libro y aprenderme el nombre y saber qué tan afortunada fui de verlo. Esa sensación de adrenalina que tengo cuando voy sola y de "no miedo" (el que se ha ido de paseo conmigo sabe lo cagona que puedo llegar a ser)... eso, el no miedo hace que me sienta tan bien. Camino con confianza, pendiente de algo más que no sea yo y mis rollos de fantasmas y criaturas que no existen. Voy atenta a que se me cruce una culebra y ojalá venenosa, atenta a escuchar algún pájaro que no reconozca, a ver pequeñas ciudades de hongos que aparecen y desaparecen en horas, a mirar huellas en el suelo a ver si algún día voy a tener la suerte de cruzarme con un felino que no sea un gato doméstico y a compartir con el que ande de esas sensaciones... Eso me lo provoca la selva y nada más que la selva que descubrí cuando salí de Chile. Por eso vuelvo, una y otra vez y no me cansa, por eso sueño con mi casa en medio del clima tropical y por eso cada vez que voy a uno de estos lugares me pregunto cuánto costará un pedacito de terreno y le pregunto a la gente qué es lo que no crece en este suelo, por qué compran en el negocio de la esquina si pueden plantar todo en el metro cuadrado que tienen de patio en sus casas...

 Hay lugares que me marcan y vengo llegando de otro. Una isla. Cómo no, si dicen que las islas son mágicas, donde por alguna razón corroboré el bienestar que me provoca también el clima árido, semi desierto, las construcciones de piedra, el pasto seco, la sombra que producen los escasos árboles y la personalidad de la gente que lo habita... la gente es diferente, tiene otro ánimo, un abismo de diferencia con la gente de la ciudad, sumándole el mar más lindo que he visto y los acantilados con la vista más increíble que alguna vez tuve.

Llegué al lugar porque un día la Berni me lo puso en la cabeza y no se fue más. Ella dice que me odia ahora porque finalmente no pudo ir y yo terminé yendo un año después. A pesar de eso, sé que vamos a volver juntas algún día... Esa isla tiene algo especial que ni siquiera se puede describir porque se siente muy adentro, es casi como mirar a alguien que te gusta y no poder quitarle la vista con una sonrisa que no se borra.

Hice las paces con el mar, me quité el miedo que tenía de bucear e hice más snorquel que en un año de viaje. Me propuse sólo unos días en ese lugar porque Europa me sale carísimo y pensé que sería la primera y última vez, pero hoy que me voy, me dan ganas de quedarme por un año completo, ver cómo se van los turistas como yo y disfrutar de ese paraíso sin gente como nosotros que viene a perturbar la armonía de cada rincón que existe en los 22km de largo que tiene la isla.

Todo fue mágico. Nos recorrimos la isla casi completa en bicicleta y a cada pedaleo me llenaba el cuerpo de aire limpio con olor a mar y me sorprendía sonriendo de placer y felicidad.

En Ibiza nos decían que ni nos molestáramos en cruzar a la isla de los viejos jipis y yo desde Formentera pensaba en cómo no cruzamos un día antes, cómo hay gente que prefiere pasar 3 noches de fiesta nocturna y saltarse el mar turquesa y el sol radiante del día... Todavía me cuesta entenderlo, pero a veces prefiero que se quede así. Me extraña pensar que esto sea Europa y que todavía queden lugares sin intervenir, salvo uno que otro taradito que construyó un 5 estrellas de concreto y aluminio, me quedo con la imagen de pueblos pequeños, de casitas de piedras o blancas de cal con ventanas de madera, la mayoría color ''mar mediterráneo'' o para la Nico, azul mediterráneo. Pueblitos que se contrastan armónicamente con el paisaje. Es la imagen que se me viene cuando pienso en Formentera; esa y la de las higueras sostenidas por palos endebles y lagartijas color arco iris con un faro de fondo.

No me aburrí un segundo ni dejé de admirar cada uno de los lugares que visitamos, no me sorprende porqué esta isla es escenario de muchos mitos e historias de piratas y aventureros que alguna vez navegaron el mediterráneo... Yo sola podría escribir diez páginas de este lugar, pero hay muchísimos que se me adelantaron y tienen libros completos de historias relacionadas con la isla y con el mar que lo rodea, porque ese también es otro mundo y merece otro cuento.Por ahora me quedo con las imágenes en mi cabeza y con la idea de que Formentera es uno de esos lugares que están en mi lista de ''tengo que volver y vivir ahí'' :)

Cucurrucucú

Cuando conocí a Chuno, venía con una compañera y se llamaba Paloma. Su auto del 78 que lo acompañó por los últimos 2 años en su viaje por América. Celos? Un poco. Que la paloma tiene carácter, que nunca te deja tirado, que hay que hacerle cariño porque lo siente, que es de fierro, que mírala si no es linda...

No me subí a la Paloma hasta dentro de un año más o menos y mientras más tiempo pasaba cerca más me creía eso de la personalidad del auto blanco ese al que todos llamaban por su nombre.

Cuando estábamos en San Luis Potosí apuntando a Real de Catorce venía escuchando hace un tiempo que aunque pasara lo que pasara la paloma jamás se paraba porque sí, así que cuando escuché un ruido extraño en medio de la ruta pensé que estaba todo bajo control hasta que finalmente nos quedamos parados porque sí, lo que se tradujo en una pérdida de aceite porque el retén estaba roto. Se puede arreglar? le preguntamos al mecánico. Sí, haremos todo lo que sea posible. Después de una hora y fracción, estábamos ya encarando Real de 14 con el problema medio solucionado. Había que rellenarla de aceite cada tanto porque de todas formas perdía a menos que mandáramos a traer la pieza desde Argentina. Anduvimos bastante hasta toparnos de frente con el letrero que decía "Real de Catorce" imagino que hasta celebramos ese momento, no estoy segura, pero como mínimo sonreímos y sacamos unas fotos, aunque todavía nos quedaba un tramo de 30 km de adoquín montaña arriba en medio del desierto para llegar a la ciudad en sí... Cuando íbamos más o menos en el km 11, la Paloma no quiso andar más, pero por alguna magia del destino (según chuno porque es la Paloma y nada más que la paloma) nos quedamos parados justo afuera del -que nos enteraríamos más tarde- único mecánico en ese trayecto de 30km de desierto. La Paloma ya tenía un espacio de mi corazón ganado.

El viaje siguió sin problemas, levantándonos todos los días tipo 9-10 de la mañana, tranquilísimos y avanzando 8 hrs diarias más o menos para llegar al norte de California, donde nos encontraríamos con nuestros amigos. 

Un día porque se alinearon los planetas, logramos salir antes de las 6 de la mañana. Hicimos una parada en una gasolinera a buscar un café para nuestro último día de ruta californiana y cuando el reloj marcó 6 de la mañana y chuno encendió el auto para seguir, escuchamos a la Paloma agonizar. 

El resto es historia larga pero para resumir... terminamos durmiendo los siguientes 4 días en la casa del mecánico que apareció seis horas más tarde en la gasolinera, tratando de solucionar el problema. Cuando vi que a la paloma le sacaban los ojos para ensartar un par de fierros y remolcarla yo ya sufría, por mí y por ella y le hacía cariño y le pedía perdón y compasión. No solucionaba nada. La paloma no quería mover una rueda. No había trago ni medicina que le viniera bien, se rehusaba a llevarnos un kilómetro más.

Yo ya buscaba soluciones alternativas y cuando estaba a punto de comprar un pasaje en bus, llegó chuno a avisarme que esta vez era cierto, que después del 5to intento y el 4to día de armar y desarmar la mochila ya no se apagaba más. Después de un trasplante de hígado, transfusión de sangre y un par de pichicatas, la paloma seguía su viaje por América. Yo no creía nada y por las primeras 7 horas de ruta no hice un ruido, sólo la acariciaba y casi no respiraba, porque no quería que supiera que yo estaba ahí, o sí, quería que supiera que estaba ahí para apoyarla en este difícil momento (todavía mi cabeza me decía que era un auto, pero yo la sentía cada vez más humana) 7 horas de mantener la respiración lo más que podía y no emitir juicio alguno que la involucrara, mientras Chuno por su parte le sobaba la panza y le tiraba piropos a ver si aceptaba llevarnos a destino. Fueron más o menos 12 hrs de ruta, que se hicieron eternas;12 hrs en las cuales cada media hora le di las gracias a un auto por ser tan bueno con nosotros. Al mismo auto que un mes más tarde cuando Chuno me explicó que había decidido venderlo como chatarra, defendí a muerte con Nati haciendo un video que se viera lo más melancólico posible para lograr ablandar el corazón de su dueño que decía: "Es un auto, si me voy a Argentina consigo el mismo en 3 segundos y hasta del mismo color" pero para mí ya no, ya no era un simple auto. Hace un tiempo que había pasado a ser La Paloma, o La Palo, para los más cercanos.

Capital de capitales

| _Cada vez que voy entrando a Santiago, imagino lo mismo; Qué lindo debió haber sido antes de nosotros, antes que la civilización se adueñara de este valle. Con la cordillera blanca, majestuosa y con nieves eternas que pertenecían a todos, sin necesidad de crear repúblicas que las protejan de las sucias manos que les quitan los intestinos sin escrúpulos. Cuando el Mapocho pasaba limpio y abundante y se podía beber de él y las calles eran adornadas por árboles que crecieron salvajemente y no por propaganda política guindada en cada poste de luz que inconciente -o concientemente- polariza cada día un poco más a la sociedad.
  Me imagino a los animales corriendo libres sin miedo a ser mascotas o pisadas por un fast and furious que se cree el cuento. Mucho antes que llegaran los colonizadores y nos hicieran celebrar el día de la raza, día en que comenzó la masacre de nuestra identidad y empezamos a influenciarnos con muchos errores del otro lado del charco. Cuando las esculturas eran piedras apiladas y no estatuas de personajes históricos que la mitad del país no puede reconocer.
  Valle de tierras vírgenes donde abundaba la comida y la medicina natural que mantenía los cuerpos limpios y saludables. Muchísimo antes que llegara el primero que dijo "Este valle es perfecto para armar una comunidad, donde a la gente le sobre el agua y la comida y nuestros hijos puedan crecer libres y felices. Ideal para armanos la tierra prometida" Por suerte cierro los ojos y me imagino que en algún momento, alguien vió, vivió y disfrutó de ese paraíso que ahora llamamos Santiago y se jacta de tener el edificio más alto de latinoamérica

lunes, 14 de julio de 2014

llenamos de cemento las calles que alguna vez tuvieron árboles que nos ayudaban a respirar
Estoy harta de ver cómo se masacra la fauna a cambio de diversión humana e ignorancia.
Estoy harta de ver cómo las playas están llenas de plástico y aun así la gente sigue a depositando la basura como si algún día fuera a desaparecer por arte de magia. Estoy harta de ver a turistas estúpidos que se entretienen yendo a parques o "reservas" que no son más que puestas en escena de lo que alguna vez fue el lugar que la misma empresa que les vende el tour es la que hace unos años destrozó todo para darle más "comodidad al huesped y sobre todo estoy harta de ver niños que están siendo educados por los mismos ignorantes que hacen todo eso.
Quiero pensar que no soy la única que lo ve, no quiero creer que sólo yo estoy interesada en dejar
un mejor lugar para el futuro. Pero como dijo alguien por ahí. En vez
de preocuparnos de dejan un mejor mundo a nuestros najo, preocupémonos de \ dejar
hijos ancestro mundo

sábado, 3 de mayo de 2014

Fue en una ida al desierto cerca del mar de Cortés, en México, después de encontrar un lugar con un poco de sombra que nos acogiera por unos días. Queríamos un poco de contacto con la naturaleza y estar lo más alejados que se pudiera de la gente. Estábamos disfrutando de la brisa que aparecía a eso de las 6 de la tarde, un poco antes que oscureciera, cuando se cruzó un lagarto, que no era muy grande, ni muy rápido pero sí tenía unos colores que daban ganas de mínimo mirarlo de frente. Por mi cabeza se pasaron millones de imágenes y en mi memoria se instauró un capítulo de animal planet de ese bicho. Le dije a Chuno, me parece que se llama ''Monstruo de Gila'' y al decirlo se me vino el tipo de la tele diciendo que eran unos reptiles cosquillosos y que les encantaba comer huevo. Pero es venenoso? preguntaba chuno. No, respondí yo. Si hay algo que recuerdo bien es que no hace nada y te juro que es cosquilloso, mira, vamos a agarrarlo y le hacemos cariño en la guata.! Así que mientras Chuno sacaba fotos yo corrí a agarrarlo de la cola, solo hasta que escuché el sonido que hacía que me obligó a soltarlo. Pasaron como 15 minutos hasta que salió del escondite en dirección a la madriguera y como las fotos no estaban tan buenas y todavía no le hacíamos cosquillas, de una partimos a molestar de nuevo. Chuno corrió esta vez a agarrarlo decidido, hasta que el sonido que escuchamos fue más fuerte y con mucha más intención de alejarnos de ahí. Como ya teníamos un par de buenas fotos, lo dejamos y nos fuimos a dormir para partir al otro día,  cerca de la civilización y cerca de internet, donde obviamente lo primero que hice fue corroborar mis datos. Chuno, cacha que seca, le dije. Se llama monstruo de gila! Y mientras le decía eso leí la segunda línea que decía ''Uno de los dos lagartos venenosos del mundo''...  y hasta ahí llegó mi credibilidad como herpetóloga. FIN

lunes, 28 de abril de 2014

martes, 22 de abril de 2014

Me pillaron. Me voy de viaje por un tiempo largo

martes, 11 de marzo de 2014

Reenamorarme

Reenamorarme.

Tiene que pasar algo de este tipo de cosas para que me siente a escribir. Estoy perdida, confundida y con ganas de tener algo claro. Me pilló débil, a unos días de reenamorarme y tuve miedo y me dejé tentar. Ni siquiera tocar, sólo tentar y eso me bastó para estar con miedo a lo que viene. Tengo miedo de estar sola, aunque sé que no me importa tanto ahora, pero aún así, tengo miedo. Me han dicho que soy enamorada, pero yo digo que tengo miedo, sólo que lo digo para mis adentros, porque a todos les digo que tengo ojos sólo para uno y ya no sé si es cierto. Hasta perdí el objetivo que me da fuerzas para todo. Lloro y ni siquiera sé por qué, yo creo que es miedo. Miedo a estar sola, miedo a fracasar, miedo a dar pasos muy grandes y miedo a caerme en un hoyo. Miedo a la vida y no soy la única. Doy consejos porque me ven muy bien, muy segura de lo que soy y de lo que quiero, de lo que hago y cómo lo hago, pero es mentira y yo lo siento cada vez que lo digo. Quiero brillar, como el primer día. Quiero salir volando y reenamorarme como siempre que te miro a los ojos, pero tengo mucho miedo de no encontrarte ahí, de buscar a otro que me pilló débil y por ti justamente. Quiero planear, pero también tengo miedo de que no quieras y tenga que buscar a otro Porque no fue él, no te llega ni a la punta de los pies, le falta mucho y lo tengo claro, pero estoy más vulnerable que nunca y me pilló volando bajo. Pensé en ti y no me dejé llevar, pero ahora pienso en él y no me gusta.