Nuestra condena es pensar
jueves, 24 de marzo de 2016
martes, 15 de marzo de 2016
Tres para una
Estabamos muertos después de la clase de danza. Todos empezaron a irse excepto por mis mejores amigos que tocan en la clase que se quedaron. Yo y los tres con los que no tengo que fingir nada porque me conocen de siempre. Esas amistades que fluyen sin decir palabra. Entre ellos más. Se juntan una vez a la semana a jugar a la pelota y cada fin de semana para ir de fiesta. A mí me tratan como uno más! Un amigo al que le cuentan todo. En eso estábamos; conversando. Hablando de la clase, ellos hablando de las percusiones y yo de lo que me dolía la espalda y lo que deseaba un masaje. Te lo damos! Cuál es el problema? Así, de un momento a otro estaba tirada en el suelo. Con uno masajeándome la espalda otro la cabeza y el otro las piernas. No sé cuánto tiempo estuvimos en eso cuando las respiraciones se empezaron a hacer cada vez más intensas. Mi cuerpo ya sudado cada vez se hacía más suave y notaba como los tres comenzaban a apretar con más fuerza. Al ritmo de mis respiraciones conectándolas con las de ellos mismos. Yo solo llevaba puesto un corpiño y unas calzas cortas, y ellos, el torso descubierto y unos pantalones de lino cada uno. La cosa se salió de control. No nos dimos cuenta y poco a poco los masajes me fueron recorriendo entera, acariciando mis pechos, mi cuello, mi boca, que se fue alzando para besar al que tenía más cerca. Mi cuerpo estaba exitado y con cada roce vibraba algo más adentro. No hablamos... La situación nos controló y seguimos nuestros instintos cual animales en celo. Nos fuimos sacando la ropa y tocando los unos a los otros. Ya no había diferencia de género. Éramos seres humanos sintiendo cuerpos exitados de placer. Ellos se tocaron y me regalaron sus cuerpos erectos. Casi no nos miramos a la cara. Las veces que me topé con unos ojos de frente esquivé la mirada y la dirigí a sus miembros que estaban más bellos que nunca. Con sus cuerpos sudados y cálidos celebrando la amistad de un modo particular, sin pensar realmente en lo que estaba sucediendo, Nos dimos placer unos a otros y nos hicimos acabar uno por uno al ritmo de nuestros corazones ardientes. Caímos al suelo cansados de la situación,cansados sin decir palabra. Estuvimos ahí cerca de media hora. Quizás pensando en lo que acababa de pasar, en lo que pasaría mañana y en cómo mirarnos a la cara después, cómo volver a hacer una rutina normal después de esto, cómo continuar una amistad luego de lo que habíamos vivenciado. Había pasado de verdad? Realmente habíamos hecho lo que no se iba de mi cabeza? Me quedé dormida pensando y desperté dos horas después por el frío que entraba por la ventana. Me di cuenta que estaba desnuda. Tapada con una manta tirada en el suelo... De los tres no había ninguno. Pasó como una semana hasta que vi al primero. No conversamos del tema. Hicimos como q no había pasado nada. Fue un sueño que yo y ellos tres tuvieron al mismo tiempo. Un sueño que por suerte no interfirió entre nosotros. Trato de acordarme de sus cuerpos y solo recuerdo sensaciones. Las imágenes las borré de mi cabeza o se me borraron sin querer. Ellos siguen yendo a jugar a la pelota una vez por semana y juntándose para ir de fiesta. La única diFerencia es que después de clases ya no conversamos . Apenas damos el aplauso final cada uno sale como si tuviera el más grande de los compromisos en casa. Y yo hago lo mismo. Tengo cosas que hacer y parto a casa quizás pensando en cuándo volver a repetir este sueño colectivo
domingo, 6 de marzo de 2016
De peluquería y otros placeres
Me dijo q escribiera algo erótico y lo primero que se me viene a la cabeza son esos pensamientos que se me cruzan cada vez que lo veo desde que tengo 16, cuando todavía era una adolescente virgen con ganas de portarse mal y explorar como en las películas que veía escondida cuando era chica después de las once de la noche. Nunca concretamos porque éramos unos pendejos que con suerte sabían emborracharse y quedar parados, así q entre todos los años que pasaron y todos los que pasaron por casa -y cama- algo había cambiado. En la cabeza y en el cuerpo.
Lo vi como 7 años después y lo encontré exquisito, pero tenía polola. Me lo imaginé en pelotas, arriba mío, abajo, atrás, de todas las formas posibles y siempre andaba bien, pero siempre en la cabeza, nunca en serio, luego lo vi como 4 años después de entonces y cada vez se ponía mejor. Más canas, a sus cortos veintitantos más canas que le quedaban increíbles, más cuerpo, más piernas, uff, esas piernas... Y más años y menos rodeos. Pero no pasó nada... Nos volvimos a hacer amigos y la relación empezó a fluir, tanto que no podíamos cagarla. Así q empezamos a bailar, primero con distancia pero con muchas sonrisas entre medio y después más cerca. pero me tuve que ir, una vez más por casi un año hasta hace poco q volví y lo vi de nuevo. Con polola todavía pero más libre. Con más canas, más cuerpo, más barba y más piernas. A esas piernas les escribo una historia propia. Seguía sin pasar nada pero empezamos a bailar más apretados, más roce, más calentura y más ritmo. Con el corazón a mil pero privándome para no cagarla, para no echar a perder una amistad que va evolucionando de manera espontánea y sana. Bailamos apretados y cada vez q puedo lo miro y nos hacemos algún chiste. Ya sin filtro casi, pero no nos atrevemos. Nos hicimos cariño, dormimos juntos, le toqué un brazo, la espalda y me morí de ganas de tocarle las piernas, la guata, apretarlo todo y que me apretara toda. que nos toquemos y nos comamos con las manos y la mirada. que nos culeemos con la mente y el cuerpo a mil. Que me dé lo suyo, que nos hagamos lo que decimos q les hacemos a otros y lo q deseamos hacer y no decimos. Que esas piernas me vuelvan más loca y que esa boca me coma toda y que me recorra de sur a norte y de este a oeste para que se ponga más carnosa y más caliente... que coma hielo y se enfríe y me vuelva a recorrer entera. Yo me entrego y me activo y lo recorro entero también a él, le regalo unas posiciones de yoga y que salgamos volando de placer. Que pongamos música, que él haga su música al compás de los movimientos de nuestros cuerpos tocándose con la misma sutileza de los cariños de media noche pero con la misma pasión que yo escribo historias y él compone canciones. Cantando y bailando de pasión y gozo, gritando porque somos felices y la tierra conspira a favor nuestro. Dando un último suspiro antes de acabar exhaustos de tanto explorar y sentir. Llenos de sudor de tanto baile en la cama, de tanto perreo hasta el suelo y más abajo del piso. Cansados de haber esperado 12 años para concretar los pensamientos q guardaba en mi cabeza y que se activaban con cada vez que me lo topaba y le miraba esas piernas cada día más maduras y sabias. Difícil mirar a la cara ahora
Lo vi como 7 años después y lo encontré exquisito, pero tenía polola. Me lo imaginé en pelotas, arriba mío, abajo, atrás, de todas las formas posibles y siempre andaba bien, pero siempre en la cabeza, nunca en serio, luego lo vi como 4 años después de entonces y cada vez se ponía mejor. Más canas, a sus cortos veintitantos más canas que le quedaban increíbles, más cuerpo, más piernas, uff, esas piernas... Y más años y menos rodeos. Pero no pasó nada... Nos volvimos a hacer amigos y la relación empezó a fluir, tanto que no podíamos cagarla. Así q empezamos a bailar, primero con distancia pero con muchas sonrisas entre medio y después más cerca. pero me tuve que ir, una vez más por casi un año hasta hace poco q volví y lo vi de nuevo. Con polola todavía pero más libre. Con más canas, más cuerpo, más barba y más piernas. A esas piernas les escribo una historia propia. Seguía sin pasar nada pero empezamos a bailar más apretados, más roce, más calentura y más ritmo. Con el corazón a mil pero privándome para no cagarla, para no echar a perder una amistad que va evolucionando de manera espontánea y sana. Bailamos apretados y cada vez q puedo lo miro y nos hacemos algún chiste. Ya sin filtro casi, pero no nos atrevemos. Nos hicimos cariño, dormimos juntos, le toqué un brazo, la espalda y me morí de ganas de tocarle las piernas, la guata, apretarlo todo y que me apretara toda. que nos toquemos y nos comamos con las manos y la mirada. que nos culeemos con la mente y el cuerpo a mil. Que me dé lo suyo, que nos hagamos lo que decimos q les hacemos a otros y lo q deseamos hacer y no decimos. Que esas piernas me vuelvan más loca y que esa boca me coma toda y que me recorra de sur a norte y de este a oeste para que se ponga más carnosa y más caliente... que coma hielo y se enfríe y me vuelva a recorrer entera. Yo me entrego y me activo y lo recorro entero también a él, le regalo unas posiciones de yoga y que salgamos volando de placer. Que pongamos música, que él haga su música al compás de los movimientos de nuestros cuerpos tocándose con la misma sutileza de los cariños de media noche pero con la misma pasión que yo escribo historias y él compone canciones. Cantando y bailando de pasión y gozo, gritando porque somos felices y la tierra conspira a favor nuestro. Dando un último suspiro antes de acabar exhaustos de tanto explorar y sentir. Llenos de sudor de tanto baile en la cama, de tanto perreo hasta el suelo y más abajo del piso. Cansados de haber esperado 12 años para concretar los pensamientos q guardaba en mi cabeza y que se activaban con cada vez que me lo topaba y le miraba esas piernas cada día más maduras y sabias. Difícil mirar a la cara ahora
Amor express
Me demore como una semana en aceptar las ganas que habían en mi cuerpo. Una Parte de mí no quería asumir que el deseo sexual me funciona aparte del deseo sentimental. Me invitó una cerveza y me hice de rogar. Lo busqué en la playa y no estaba. Me arrepentí de haberme hecho la interesante sin razón... En parte porque no estaba segura y otra porque me recordaba a mi ex... Pasaron dos días y me lo encontré en medio del parque. Andábamos todos eufóricos y yo con ganas de verlo. Lo bese en la mejilla y le dije q me quedaban dos horas porque tenía que partir a mi lugar. Nos sonreímos, nos hicimos chistes, nos coqueteamos y nos caminamos a su carpa a sacarnos la ropa a tocarnos y disfrutarnos. a contemplarnos... a aprovecharnos de las últimas horas que teníamos juntos. Nos abrazamos y nos masajeamos antes de desnudarnos, Le pedí que se sacara la camisa y antes de verlo ya lo sentía con su cuerpo al palo. Con las respiraciones cada vez más agitadas y calientes. Me saqué el vestido y me besó las tetas. Me dijo que las tenía hermosas y me masajeó de a poco. Suave pero intenso mientras yo le sacaba los pantalones y los calzoncillos encontrándome con la gran sorpresa de la noche. Respiré profundo y deseé que esa víbora caliente me entrara en mi cuerpo inexperto. Se lo besé. Se lo chupé con ganas y me fui yendo poco a poco en mí interior, desbordada por ese encuentro sudoroso en medio de la selva, mojados de tanta exitación . Contentos de estar ahí disfrutando y sintiéndonos desde lo más profundo. Le agarré la espalda, fibrosa y perfecta. Le agarré los muslos. Le abracé la cintura y lo monté cual jinete domina el caballo. Bailamos al ritmo de los tambores que sonaban lejanos la canción del adiós. Me sintió. Nos sentimos y nos dimos placer Como si hubiésemos estado esperándonos por muchas vidas. Me fui, de placer.. Una y tres veces y agradecí la sabiduría de su cuerpo. De sus manos experimentadas y de su cabeza enamorada que mandaba mensajes a su boca que me repetían lo hermosa q era y lo rico q estaba todo... Yo solo podía tocar, apretar y disfrutar ese cuerpo bello que me apareció en medio de la noche. Sorpresa mía, de no esperarlo y no darme cuenta unos días antes, hubiese aprendido tanto..
Me fui en medio de la pasión máxima; me fui a lo más profundo de mi interior,toqué el cielo, besé las nubes de colores y caí cansada a su lado a hacerle cariño y a tocarle esas piernas q me volvieron loca, esa espalda que estaba más bella que nunca con el brillo de la luna que alumbraba la selva lejana, esos ojos Caribe que me miraban enamorados y me decían quédate que con lo que gano podríamos vivir el día a día en este paraíso sin prejuicios.
Se introdujo nuevamente en mi, Sin concertar por mi falta de confianza. Me tocó profundo y yo no podía reaccionar del placer y la alegría de concretar mi noche primera de soltería. Mi noche entregada a la pasión de un desconocido al que le hablé un par de días antes a quién me decía quédate y al q yo no pude responder.
Me fui.. Con la idea de verlo de nuevo, con los recuerdos que me provocan cosquillas cada vez q me imagino un te quiero sentir otra vez. Con la ilusión de encontrármelo en alguna vuelta por el mundo y con Las ganas de aprender de los años de su experiencia y de volver a tocar esa espalda llena de sabiduría que me mandó este universo consentidor
Me fui en medio de la pasión máxima; me fui a lo más profundo de mi interior,toqué el cielo, besé las nubes de colores y caí cansada a su lado a hacerle cariño y a tocarle esas piernas q me volvieron loca, esa espalda que estaba más bella que nunca con el brillo de la luna que alumbraba la selva lejana, esos ojos Caribe que me miraban enamorados y me decían quédate que con lo que gano podríamos vivir el día a día en este paraíso sin prejuicios.
Se introdujo nuevamente en mi, Sin concertar por mi falta de confianza. Me tocó profundo y yo no podía reaccionar del placer y la alegría de concretar mi noche primera de soltería. Mi noche entregada a la pasión de un desconocido al que le hablé un par de días antes a quién me decía quédate y al q yo no pude responder.
Me fui.. Con la idea de verlo de nuevo, con los recuerdos que me provocan cosquillas cada vez q me imagino un te quiero sentir otra vez. Con la ilusión de encontrármelo en alguna vuelta por el mundo y con Las ganas de aprender de los años de su experiencia y de volver a tocar esa espalda llena de sabiduría que me mandó este universo consentidor
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