Por qué será que queremos adueñarnos?... De nuestra casa, nuestro perro, nuestra pareja, nuestra ropa, nuestras costumbres, nuestro país. Será realmente difícil vivir sin pertenencias? Es tan difícil compartir? En qué momento nos enseñaron que la tierra era nuestra y podíamos venderla? Que los animales nos pertenecían y podíamos encerrarlos en una jaula o amarrarlos al patio? Que el agua podíamos embotellarla y venderla para que la gente pudiera consumirla? En qué momento la sociedad nos enseñó que la pareja es de uno y para toda la vida? Que solo se puede amar una persona en vez del mundo entero? Que se puede comprar un perro y ponerlo a tener cachorros para llenarnos de dinero? Me cuesta creer que algún día vivamos sin pertenencias, pero quiero soñar, quiero pensar que tengo derecho a caminar por un cerro sin pasar a llevar la propiedad privada de un pobre personaje que tuvo que comprar ese trozo de tierra, quiero pensar que un día vamos a poder pasear y tomar las frutas de la estación que van a estar por todas las ciudades libres y a la mano, quiero creer que vamos a volver a las comunidades, que las mujeres criarán entre hermanas, madres y amigas, que los animales van a estar libres sin miedo a que los encierren para que los maten algún día por culpa de un estúpido que se metió a su jaula o porque no aguantaron más la pena y la desesperación de vivir encerrado en cuatro paredes de concreto, quiero pensar que un día dejará de haber hambruna en países donde crece todo pero que por ahora nada les pertenece. Quiero pensar que un día los que duermen en la calle lo hagan por placer y no porque los edificios vacíos pertenecen a personas que con suerte lo usan una vez al año. Me gustaría saber que comeremos por necesidad y no por placer y estatus para botar toneladas de comida al día que no se vendieron, mientras otros mueren a cada segundo porque no tienen una verdura que poner en sus ollas. Quiero creer que un día vamos a tener solo lo que necesitamos y va a ser de todos, del que esté en el momento para disfrutarlo, que nos contentaremos con mirar un paisaje y no con lo último que usó la mina de la tele que se vende para agradar a un país entero, pero que a escondidas llora porque no puede ser dueña de su novio. No hace falta adueñarse, es algo que nos metieron en la cabeza desde que somos niños y con lo que nos bombardean día a día las publicidades y el estilo de vida que llevamos. No hace falta porque lo que nos hace más feliz no nos pertenece. Solo los pensamientos son nuestros y los más felices tienen que ver con experiencias y momentos que no se pueden materializar ni poseer. De qué nos sirve ser dueños de la mitad del mundo si un día antes de morir nos dimos cuenta que todas esas cosas no se van con nosotros y que perdimos toda la vida tratando de alcanzar un 'sueño' que no nos dio más que tiempo en contra, mientras la vida se iba pasando por el lado con sus colores, sabores, sonidos y momentos y ni siquiera tuvimos tiempo de mirarla más que de reojo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario