sábado, 29 de octubre de 2011

Hay cosas tan simples que te transforman la vida de una manera muy compleja

martes, 18 de octubre de 2011

Once upon a time...

Voy a contar una historia familiar, que comenzó hace algún tiempo en un bar. Vamos a decir que fue una semana antes de que acabara el verano. Yo, de viaje (eterno) por Estados Unidos y un poco perdida y con un poco más de envidia por no tener la vida que quería. Mirando fotos de vez en cuando de gente feliz, que pareciera que no le importa nada, que se sienten tan satisfechos con ellos mismos que apenas tienen tiempo de hacerlo público -pero con un poco de público, en este caso YO- mirando una y otra vez esas fotos, deseando que alguna me mostrara algún defecto, algún esbozo de que esa felicidad no fuera cierta.
En eso estaba, cuestionándome mi propia felicidad, cuando decidí comenzar a disfrutar mis últimos dos meses en un país diferente, con un idioma diferente (que aún no me acomoda) y con gente muy diferente a mí.
Esa noche no me importó, decidí salir y no mirar a mi alrededor, o más bien mirar, pero no juzgar, ni lamentar no estar donde quería estar. Ahí estaba, bailando; una música que creí que detestaba, pero que se transformó en un himno de soltura para mí. En realidad nada me importaba ese día, nada excepto yo y mi felicidad, yo y el placer de bailar mirando alrededor y pensando en captar la atención de alguien. Vi a muchos... Me vieron pocos y sólo uno de esos pocos acertó.
poco me acordaba de su cara al día siguiente, poco me acordaba de la escena, pero mucho me acordaba de lo raro que fue darle un beso y de mi osadía, teniendo en cuenta que era el primero. Primer hombre en mi vida que beso bailando y primer hombre que conozco en ese país.
Estoy casi, completamente segura que sólo intercambiamos unas pocas palabras, pero completamente segura que ninguno de los dos entendió algo y que los dos lo dimos por entendido.
Fue especial, porque fue inusual y fue especial porque una de las cosas que recuerdo fue haber sentido confianza de comportarme deliberadamente.
Intercambiamos números y comenzamos a hablar. Correos electrónicos cada tres días, en todos negándome a salir otra vez. Miedo de no entenderlo, miedo a aburrirme y provocarle a él esa sensación. Pero qué... ya me quedaba un mes y medio.
Una cita? Al más puro estilo de Gringolandia. Cena, panorama entretenido, yo no beso en la primera cita y volvamos -o no- a salir a ver si algo resulta.
Carreras de auto... Además de no entender nada de lo que hablábamos, una vergüenza infinita como la de los 15 años. Dos shots de pisco antes de salir, un maquillaje casual, una vestimenta que no diga nada, pero que diga todo y estoy lista para mi cita.
Recuerdo haber hecho un poco el ridículo en las carreras, pero ahora que lo pienso, eso le dio confianza y le produjo algo, hasta ahora, un poco extraño en su vida. Alguien que fuera algo más que una simple cita, alguien con quien pueda salir a divertirse de vez en cuando, sin necesidad de presumir y sentirse incómodo.
Para mí fue perfecto, unas copas después de la carrera y una invitación a su casa (fácil... Un poco)pero poco me importaba. Estaba siguiendo los consejos de mis amigas que me decían, hazlo y no te sientas culpable, disfruta que ya queda poco, pásalo bien que después te vas a arrepentir.
Eso hice... fuimos a su casa y conversamos un poco más

25 razones para justificar su ausencia (Antes de encontrar la respuesta)

-Se le quedó el teléfono en la casa de los papás.
-Te mandó un mensaje -que no llegó-, no le respondiste y se avergonzó.
-Se enamoró y decidió cortar antes de tiempo.
-No te quiso hacer más daño, porque le encantas.
-Tenía SIDA. Realmente eso fue lo que te dijo que no entendiste.
-Le fue mal en su trabajo, no tiene más plata y le da vergüenza seguir intentándolo.
-Todo el tiempo estuvo mintiendo. Ni siquiera fue él. Se enamoró y no quiso seguir con el juego.
-Los papás le prohibieron verte.
-Su mejor amigo le prohibió verte.
-Se volvió a vivir a la casa de sus papás.
-Perdió tu teléfono, no tiene casa (Internet)por eso no te ha mandado un correo.
-Te tiene una sorpresa (Muy Grande) por eso no aparecerá hasta que la tenga completa.
-Tiene miedo al rechazo.
Se tomó muy a pecho la broma y pensó que tú no querías nada.
-Te vio tan radiante sin él, que no te quiere molestar más.
-No quiere interferir en tus maravillosos planes de vida.
-Se asustó cuando hablaste de exclusividad.
-Piensa que tú no vas en serio.
-Quería algo más profundo.
-Siempre ha sido así, por eso nunca ha tenido novia.
-Realmente no tiene teléfono, no pudo ver tu mensaje.
-Ya no le gustas.
-Él era la nana de la casa de su amigo, lo echaron y ahora vive con sus papás.
-Lo echaron de su otro trabajo, ahora no tiene plata. Le da demasiada verguenza admitirlo.
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-No consiguió el trabajo de la entrevista, le dio un poco de depresión y fue a refugiarse a la casa del primo por el fin de semana. Sólo quería un poco de espacio.

sábado, 15 de octubre de 2011

Revolución

La evolución del hombre va más allá de los edificios. Podríamos habernos quedado con eso y seríamos inmensamente felices.

"Hay peces que mutan, salen del agua y se convierten en flores"

jueves, 13 de octubre de 2011

Ahora entiendo cómo una musa puede ser capaz de mantenerse a lo largo de la carrera de un artista.
Hablaré de los que escriben, de los que escriben enamorados y luego repasan sus líneas. Tengo la impresión de que quienes pintan les sucede lo mismo. Cada vez que repasan una parte de su obra, reviven el momento que está plasmado en él. La manera en que todo cobra vida, los sentimientos que me hicieron escribir dos líneas, reaparecen y la escena cobra vida nuevamente.
Envidio a los poetas y los cantantes que pueden hacerlo un millón de veces.

domingo, 9 de octubre de 2011

Soy la más consentida.

Ni siquiera podría decir que me afecta ser un personaje de la historia, me afecta tan profundamente, sólo porque la situación no me permitió ser la que decidía, la primera en correr.