jueves, 2 de julio de 2009

Veinte años no son nada.

A veces te miro y te veo de quince, otras veces, como hoy; de veinticinco.

Ahora yo.

A veces te veo y me das miedo, otras lástima. Algunas veces siento curiosidad de lo que haces, incluso hasta te admiro de pronto. Hay veces en que me perturbas y me siento pequeñísima, pero también he sentido que controlo todo; toda mi vida y la tuya.

A veces... te deseo, otras me aburres. Últimamente siento envidia de tu vida y pica de la mía comparándola contigo.

A veces mi vida se transforma en un trozo de la tuya y lo más importante, a veces tu vida se transforma en toda la mía.

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